Imperio Azteca



Según una leyenda, los aztecas fundarían una gran ciudad allí donde encontraran un águila devorando a una serpiente posado sobre un nopal. En el año 1325, los sacerdotes aztecas descubrieron esta escena en un islote cerca del lago Texcoco, y allí erigieron la ciudad llamada Tecnochtitlán. En el momento de su más alto desarrollo, el Imperio azteca se extendió por lo que hoy es la región central del país, desde la costa del golfo de México hasta la del Pacífico, y desde el Bajío hasta Oxaca. 


El Estado Mexica (en náhuatl: Ēxcān Tlahtolōyān), llamado comúnmente Imperio Azteca, fue la formación política mexica derivada del proceso de expansión territorial del dominio económico de la ciudad-estado México-Tenochtitlan, que floreció en el siglo XIV en Mesoamerica. Fue encabezado por los mexicas —también conocidos como aztecas—, un pueblo que, de acuerdo con algunos documentos históricos como la Tira de la Peregrinación, era originario de un sitio mítico conocido como Aztlán, al que se suele ubicar fuera de los confines de Mesoamérica. 



UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Debido a su extraordinaria organización militar dominaron en poco tiempo todas las demás poblaciones del país y establecieron un imperio que se extendió desde el límite sur de la actual Michoacán hasta más allá del istmo de Tehuantepec.
  

Hacia el 1325 los aztecas fundaron una gran ciudad, Tenochtitlán, erigida sobre un lago, que convirtieron en capital del imperio (actual ciudad de México. La capital azteca era México-Tenochtitlán, una ciudad habitada por unos cuantos cientos de miles de personas en la época de la conquista española (los historiadores calculan que tendrían unos 300.000.

Los Aztecas hicieron parte de las culturas mesoamericanas al igual que otras civilizaciones (los Mayas, los Olmecas y la Cultura Teotihuacana).




CAIDA DEL IMPERIO
Sólo en 1518 los españoles, a través de Juan de Grijalva, al mando de cuatro navíos, entablaron relaciones con las provincias del imperio azteca. El recibimiento de los indios fue amistoso y entregaron a los europeos diversos objetos de oro. Durante el encuentro, pronunciaron muchas veces la palabra México, cuyo significado ignoraban los conquistadores.

LLEGADA DE HERNÁN CORTÉS
Con once barcos, 508 soldados, 16 caballos y 14 piezas de artillería partió rumbo a México el conquistador español Hernán Cortés. En la península de Yucatán encontró a un compatriota llamado Jerónimo de Aguilar, que años antes había sobrevivido a un naufragio en las costas de México. Aguilar hablaba maya, debido a su largo cautiverio en ciudades de este pueblo, lo que facilitó a Cortés la comunicación con esta civilización. Además, los españoles recibieron numerosas esclavas como regalo. Entre ellas figuraba una de origen noble y muy inteligente, quien se expresaba además en náhuatl. Su nombre era Malitzin (Malinche), bautizada después como Marina. Gracias a ella y a la intervención de Aguilar, Cortés pudo conversar con los indios, especialmente con aquellos que hablaban la lengua oficial del imperio azteca, lo que era una inmensa ventaja para el capitán español.
La antigua esclava posteriormente se convirtió en su colaboradora más valiosa y fiel. Fue también la madre de su hijo, Martín Cortés.

COMIENZO DE LA CAÍDA
Fue en lo que sería la futura Veracruz donde Cortés comenzó a darse cuenta de la inmensidad y la riqueza del imperio azteca. Allí recibió la visita de los mexicas, de la provincia de Cuetlaxtlán. En nombre del emperador Moctezuma, le regalaron víveres, magníficos vestidos de gala en algodón y plumas, y joyas de oro, y le pidieron que no ingresara a territorio azteca.
Según la tradición mexica, funestos presagios (iluminaciones del cielo, incendios inexplicables) anunciaron una terrible catástrofe. Muy religiosos, Moctezuma y sus consejeros quedaron muy impresionados por el hecho de que el año uno-junco (para ellos), es decir, 1519, coincidiera con la fecha que, al presentarse cada 52 años, podía significar el retorno de la Serpiente de Plumas, según el mito de Quetzalcóatl. Y, para ellos, Cortés era el dios que regresaba.
Entretanto, Cortés se alió con ciertos pueblos que odiaban mortalmente a los mexicas, como los totonecas y, sobre todo, los tlaxcaltecas. Desde entonces, la conquista se convirtió en una empresa fundamentalmente hispano-tlaxcalteca.
Llegados a Tenochtitlán, y después de varias peticiones a Cortés para que este no entrara a la ciudad, Moctezuma los recibió junto a altos dignatarios, entre ellos el rey de Texcoco. Esto ocurrió en noviembre de 1519.

LA GUERRA
A medida que iba pasando el tiempo, la situación se hizo muy tensa. A pesar de los esfuerzos de Moctezuma, la cólera de sus dignatarios crecía; los españoles se oponían al culto de los dioses aztecas y aprovechaban también de escamotear todo el oro que podían, al igual que los tlaxcaltecas con los jades y plumas. Estos, además, buscaban cualquier modo para saciar su odio hacia los aztecas.
En ausencia de Cortés, que tuvo que ir a luchar a la costa contra su compatriota Narváez, los españoles asesinaron traicioneramente a numerosos nobles mexicas que celebraban la festividad de Huitzilopochtli. El pueblo se sublevó y el retorno de Cortés no solucionó nada. Al contrario, durante la llamada noche triste, del 30 de junio de 1520, los españoles y los tlaxcaltecas salieron a duras penas de Tenochtitlán, sufriendo numerosas bajas.
Pero gracias al apoyo de sus aliados indígenas, Cortés aisló la ciudad. El hambre y la falta de agua potable agobiaron a Tenochtitlán, mientras se desarrollaba una epidemia de viruela, enfermedad desconocida hasta entonces en México.
Moctezuma falleció durante los combates de junio de 1520. Su sucesor, Cuitlahuac, reinó solo 80 días antes de morir por la enfermedad. Ni el heroísmo de Cuauhtemotzin o Cuauhtémoc, el siguiente emperador, ni de su pueblo guerrero, pudieron evitar que la ciudad cayera en agosto de 1521.

CAUSAS DE LA DERROTA
Existen causas precisas que pueden explicar perfectamente la caída del imperio.
Las militares; frente a armas como los arcabuces y artillería, además de los caballos, los aztecas nada podían hacer con su rudimentario armamento.
Las religiosas; Moctezuma creía tener frente de sí a Quetzalcóatl, por lo que entregó su autoridad soberana. los mexicas y españoles no hacían la misma guerra. Los primeros peleaban por sus dioses, pero los españoles hacían la guerra total, matando a los aztecas en grandes cantidades querían destruir la religión aborigen en beneficio de la propia, que consideraban la única verdadera.
Los aliados; los tlaxcaltecas y totonacas ayudaron a los españoles, incrédulos de que posteriormente ellos también se verían afectados.
En efecto, con la derrota de los aztecas desapareció la última civilización autóctona de México. Brillante y frágil, alcanzó a dominar el país solo casi un siglo.

1 comentario:

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